jueves, 30 de septiembre de 2010

La subasta

Eu, a un rato de encontrarnos -yo a ti más gordo y tú a mí quizá, debido a las churrascarías- te voy adelantando una historia desde un teclado lisboeta en matutino tránsito. Habiendo sido el vieje profesional, no desvelaremos secretos, ni nombres, ni tampoco datos. Un poco más largo de lo habitual ha sido mi ausencia; enormemente exitoso el resultado.

Llegué el Lunes 20 a primera hora a Sao Paulo para la recta final de un trabajo de meses. Tan sólo quedaba refinar, las bases del éxito ya las habíamos concluido. Tirano llegó por la noche, directo a una cena crítica, también incómoda. La pica quedó puesta en Flandes. Buchanan llegó el Martes por la noche. El Miércoles siguió a los dos días anteriores de análisis concienzudo orientado a un sólo objetivo: ganar. Necesitábamos la aportación y bendiciones de Buchanan, en vaso ancho, un sólo hielo.

Sí que ya veíamos cercano el momento, Viernes 24, 14 hrs hora local. La hora a la que comenzaría la subasta electrónica para conseguir el megacontrato. Las llamadas no cejaron hasta 10 minutos antes del comienzo. Habrá que ver la factura. Mírese también el resultado. Cuán importante cada una de las llamadas, unas más que otras; todas con un sentido. 13 horas. La decisión está finalmente tomada. Sabemos hasta dónde podemos llegar, no más. Los segundos no pasan. Llega la comida a la sala donde hemos gestado la victoria durante toda la semana. Donde nos la vamos a jugar en menos de 20 minutos. Se nos echa el tiempo encima. Apartamos papeles, servilletas, cocacolas. Montamos varios PCs. En el centro de la mesa tenemos un monitor con la pantalla donde introducimos las pujas. En una TV de 42" en la pared del fondo, la web donde se hace el seguimiento público de la subasta.

Hay 7 empresas. Una está descalificada. Quedan 6. Durante la subasta no se conoce el nombre de la empresa que puja. 14 horas, empieza. Los precios comienzan a bajar lentamente respecto al presupuesto inicial. Tensión muy alta. 14.30, los precios siguen bajando, aún lejos de la batalla final. 15 horas, la pelea virtual continúa, aún queda. Ha pasado una hora como si fuera un minuto. 15.20, empiezan los movimientos. Manejamos la situación, dejamos paradas las pujas donde nos interesa. Esperamos que el director de la subasta comunique que comienza el período final de pujas. Se trata de un tiempo aleatorio de hasta 30 minutos en el que en cualquier momento -de forma aleatoria- se cierra la subasta. 1 segundo o 30 minutos, todo es posible. Otros perdieron contratos sin haber podido dar su mejor precio. A nosotros no nos va a pasar. La estrategia está disenada.

Se comunica que entra el tiempo aleatorio. Paciente, nuestro ejecutor, ya tenía el estoque preparado y lo mete hasta la bola. En todo lo alto. Los contrarios no dan crédito. No se atreven. Empiezan a pelear por el segundo puesto, qué triste. De repente, cunde el pánico. Problemas IT. Nos recuperamos. Pasan más de 15 minutos de tiempo aleatorio. Árbitro, la hora!! No acaba. No nos atacan. Ya no nos van a atacar. 20 minutos. Siguen peleándose por ser segundos. Están lejos. 25 minutos, pero bueno, cuándo va a acabar el tiempo aleatorio!! 27 minutos, acabó. Hemos ganado!!! Jolgorio, abrazos, emoción, emails, sms...y poco después, vacío. Vaciados.

Más atascos, cena, demasiadas caipirinhas -ya no más-. Esto es sólo un avance, Eu. Hay muchos detalles que por confidencialidad he dejado por el camino; ya te cuento.

4 comentarios:

  1. Qué grande eres... con toda la admiración y cariño de quien ha disfrutado trabajando contigo... y confío en que algún día volverá a seguir disfrutando... cómo me habría gustado haber estado en aquella sala...
    Un abrazo.

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  2. Muy agradecido Miniyo. El maestro del cachorro inexperto con dientes de leche, con un colmillito que ni siquiera asomaba. Siendo tan pequeña la ciudad base de nuestras operaciones y ante un mundo tan globalizado, a buen seguro que en algún momento futuro saldremos juntos de cacería, esta vez como felinos adultos. Otro abrazo.

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  3. Buen relato, ajustado, directo y veraz. Se puede hablar más, pero no mejor, quizás en otro capítulo.

    Magnífico trabajo, minuciosa preparación, la estrategia...mejor de lo que nosotros mismos pensábamos...observar a los demás luchando por las migajas...un regusto propio de leones que reinan en la predera..

    Lo mejor de hacerlo una vez, es repetirlo, lo mejor de llegar, mantenerse. Tambièn es lo difícil, ahí está la gracia y ahí se hacen los buenos grandes.

    Abrzo

    PD: Ya no mas caipirinhas? seguro? ;-)

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  4. Fiel reflejo de un tiempo para repetir... cuando quieras y donde quieras.

    De un tal Buchanan...

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