domingo, 25 de abril de 2010

Excepción a la norma

Tenía entendido Eugenio que es costumbre nacional alabar a cualquier persona que fallece. Sea quien sea, no importando lo que haya hecho en la vida, la norma dicta destacar todas sus virtudes, exagerarlas si es necesario, así como obviar sus defectos o los daños que haya podido producir. Gracias a esta norma se hace bueno el "siempre se van los mejores".

Por eso, durante su retiro de la Feria, le ha llamado la atención que con José Antonio Samaranch algunos no se hayan ajustado a la tradición. Como el resto del gran público, mi gato tenía a Samaranch como un señor entrañable, de quien sentirse orgulloso como embajador de España en el mundo por su longeva y excelente presidencia del Comité Olímpico Internacional. Ahí es ná.

Pero no, parece que los de la bandera tricolor inconstitucional no están lo suficientemente entretenidos con sus encierros de apoyo a Garzón y los conciertos de apología al terrorismo en la Alameda de Hércules. Para echar pestes sobre alguien tan admirado, se han dedicado a recordar que hace más de 40 años Samaranch fue falangista. Como Eugenio nació con una Constitución aprobada, en un país en Monarquía Parlamentaria y Democracia madura, no sabe muy bien si eso de ser falangista es mejor o peor que ser republicano. Se lame la patita y se frota el ojo derecho. Bosteza y anda parsimonioso para la cocina. Me da a mí que le da igual, por no decir otra cosa.

domingo, 18 de abril de 2010

Ese gurruño con la servilleta de papel

Relajemos el ambiente después de las tensiones de la semana pasada, el alumbrado está al caer. Tampoco la Feria podrá Eugenio conocerla en primera persona -gatuna-, sólo de oidas. En los paseos por los tejados charla con sabios mininos alter-ego que le iluminan con su genialidad. Hoy es Carioca quien le ha contado el email que le mandó su dueño al de Eugenio.

El Viernes cité a los que son para cumplir con la tradición de almorzar en mi caseta. Hice una exaltación del Flamenquín Imperial que desde tiempos inmemoriales Luis -pronunciado Lu-íh- y su equipo jiennense sirven con amabilidad al final de Bombita. A los privilegiados exiliados protagonistas de las entradas "Ausentes (I) -..." y "Ausentes (y II)-..." los puse en copia para hacerlos partícipes. Fue por la noche, en Zafra, cuando la blackberry sonó con estruendo para anunciar la llegada de un email desde Rio de Janeiro. Decía así:

Chavales...Mi reino por un flamenquín!!!!

Sé que os he dado envidia en muchos momentos. Pero Don Carnal dejó paso a Doña Cuaresma, ésta paso..y ahora es vuestro turno...

Que no es porque la Primavera comienza en Sevilla y luego sigue para el resto del mundo.. Que ya no es por el incomparable Flamenquín que me como tres horas después que los demás en la caseta del Manué..ni por el jamón, la cañita de lomo, las papitas, ese montadito señores que sólo se come en la Feria, la manzanilla, el rebujito,el cante, el baile, las niñas guapas caminito del Recinto, el ambiente, el marco IN-comparable, la chaquetita a 40 grados con 300 personas en una caseta y además tol mundo bailando..los caballos y ese olor inconfundible, el ruido de los carros, el algodón, el coquito con agua, el turrón, la del puesto que vende tabaco, la corbatita de colores de la que llevas todo el año diciendo: esta pá la Feria..

Ya no por los mocasines llenos de albero que no se limpian de un día para otro y no pasa ná…, el portero de caseta con el que durante una semana hablas más que con tu madre, ese codo en barra metálica de Cruzcampo, ese gurruño con la servilleta de papel que se tira al suelo.. Ese soleado día que se junta con la tarde, tarde que volando pasa a ser noche y que, como buena noche, se lía y acaba en mañana… la luz del día deslumbrando por ese Puente de los Remedios...

Que ya no es por todo eso, sino porque TODO ESTO ES EN VUESTRA COMPAÑÍA!!!

Um Abraços gostoso para todos!!!
Aquí nos pegaremos unos cantes a vuestra salud, os dejo con la sevillana de este año: Esa menina que vai andando, caminho da Favela!!!!!!


Nunca podría habérselo explicado a Eugenio mejor y con más arte. Insuperable.

domingo, 11 de abril de 2010

Disparates sin escrúpulos

Tras el cierre del paréntesis de la Semana Santa, Eugenio ha quedado perplejo con acontecimientos que un felino casero difícilmente puede asimilar. Cada noche al volver a casa en lugar de pedirme comida, como es su norma, aparecía alterado para contarme historias con el hocico desencajado.

Primero fue el mortal atropello de la madrugada del Domingo de Resurrección en el Paseo de Colón a la altura de la Torre del Oro. Un Clio se salta dos semáforos en rojo, atropella a dos jóvenes mujeres que cruzaban la calle debidamente, las desplaza casi 40 metros, mueren en el acto, el coche ni frena, le acaba bloqueando el paso un taxi a la altura del Maestranza. El conductor es un vecino de Los Remedios, de 25 años, que viene de ver el Sevilla y algo más. Dobla la tasa de alcoholemia permitida, el carné lo tenía retirado y se está a la espera de análisis, ya que da claras muestras de estar bajo los efectos de estupefacientes. De momento, en el coche se han encontrado papelinas de droga.
El copiloto resulta ser hijo del presidente del Sevilla, quien se persona en el lugar de los hechos -o la comisaría, Eugenio no lo recuerda exactamente- con un supuesto testigo, que algunos apuntan a que es falso. El acusado por el caso de las minutas afirma que no se presentó, pero la Policía confirma que sí lo hizo. ¿Cómo puede llegar Eugenio a entender semejante disparate sin escrúpulos?

La explicación la encuentra, en parte, en la idiosincracia de su ciudad. Tiene entendido Eugenio que en Sevilla campan a sus anchas grupos de chuletas endiosados, reminiscencia extremista de los señoritos andaluces. Aquí tenemos sus hechos, de estos que se creen intocables, más peligrosos que aquellos de chándal y gorra blanca. La vida arrancada a dos personas, a sus familias, futuras familias y amigos.

Sin haber asimilado esta tragedia, le llegó a Eugenio la noticia de que su Ayuntamiento va a pagar a un grupo de ¿música? para que se mofe de las víctimas del terrorismo. Fue en una nueva edición de la fiesta de la república, subvencionada por nuestra preocupante administración. Parece ser que cierta bandera es anticonstitucional, pero la de la república no lo es. Madre mía, qué demagogos. En el concierto pagado de nuestro bolsillo se escucharon canciones que rezaban: «¿Te emocionó el vuelo de Pedro Duque? A mí el de Carrero Blanco...», «Ortega Lara no era ningún pacifista, cambió de carcelero a contorsionista.» Esto se llama apología del terrorismo. Si algo nos unía era el sentimiento común de condena a los terroristas, pero gracias a nuestros ediles, ya no. Según la Delegada de Fiestas Mayores estas letras son como las de los carnavales de Cádiz. Qué barbaridad.

Eugenio ya no sabe cómo recomponer la mandíbula. De nuevo, pregunto, ¿cómo puede llegar Eugenio a entender semejante disparate sin escrúpulos?. Me dice, "¿seguro que en Sevilla huele a azahar? A mí me da que huele peor que un vertedero."

domingo, 4 de abril de 2010

Cierra paréntesis

De vuelta a mi domicilio habitual, Eugenio me pregunta dónde me he metido toda la semana. Se ha enfadado cuando le he contestado. El año pasado se vino al centro en Semana Santa y disfrutó del ambiente y las cofradías desde el balcón. Este año se ha quedado atrás, aislado del bullicio, encima no hemos tenido ni el detalle de dejarle la tele puesta para que siguiera las retransmisiones.

No quiere que le cuente qué he visto ni dónde, ni qué es lo que más y menos me ha gustado; para eso están otros foros. Quiere saber de sensaciones, de qué tiene de especial este tinglado. No sabía por dónde empezar. Le he explicado que la Semana Santa me crea una envolvente en la que los estímulos externos no penetran. Se reciben, se procesan con lo justo y se despachan asépticamente. Esos estímulos externos son lo cotidiano, ya sea personal o de trabajo. Es una semana impermeable, un paréntesis en mitad del año.

Bien sabe Eugenio que el paréntesis lo que envuelve no son chicotás, bordados, marchas, ciriales, túnicas o palios. Lo que envuelve es un amplio y complejo misticismo. La deliciosa rutina exclusiva de la Semana, la compañía de los que están -que este año no han sido todos los que son- las conversaciones y comentarios jocosos con ellos, las nuevas historias que sólo ocurren en estos días, los paseos por una ciudad diferente, las meriendas y cenas que tienen un sabor distinto. Dentro del paréntesis juegan un papel crucial los encuentros íntimos en medio de la multitud, la belleza, la victoria sobre la pereza y el cansancio, la oscuridad iluminada, el sentirse un privilegiado, la sencillez convertida en el infinito, la verdad.

Todo sensaciones, Eugenio; qué complicado y qué fácil. Qué envidia le da. Qué lástima siente por los que el paréntesis lo tienen puesto al revés, protegiendo a lo cotidiando de esta Semana. El mensaje epílogo ha llegado este año desde Phoenix - Arizona: "Cristo ha resucitado. En verdad ha resucitado. Aleluya. Aleluya". Cierra paréntesis.