domingo, 27 de junio de 2010

Aclaración mundialista a Eugenio

Después de lo que le conté el Viernes al llegar - con los habituales retrasos y falta de amabilidad en la tripulación de Iberia, que serán objeto de una futura entrada- Eugenio ha entendido algo que no tenía claro. No llegaba a comprender muy bien por qué en las retransmisiones del Mundial aparece en el resultado el nombre del país. Curiosamente, le llamaba la atención que en la pantalla aparezca, por ejemplo, Alemania 4 - Inglaterra 1 o Chile 1 - España 2. Acostumbrado a escuchar hablar de "la Roja" o "la Selección Española", ver el nombre "España" sobreimpresionado, le sorprende. Creía que era algo tabú eso de nombrar al país. Están jugando la albiceleste contra la tricolor y la tele pone "Argentina-México", qué cosas Dios mío!

Pero ya lo entiende. Le conté mientras deshacía la maleta lo impresionante que es llegar a un país lejano y que el aerpuerto te reciba con cientos de banderas de la nación colgadas, adornando la terminal con motivo de la Copa del Mundo. Todos los coches de las atascadas calles con dos banderitas en las ventanas traseras, los balcones con banderas por barandillas, el hotel con una recepción plagada de banderas, todas las oficinas visitadas ¿con qué? con incontables banderas sobre las cabezas de los curritos y en los despachos de los jefazos, más banderas. Sin excepción, hombres, mujeres, niños, abuelos, ricos y pobres unidos por el deseo de que su país gane otro Mundial. Su país, no su selección nacional. Acabáramos, me dice Eugenio, esa gente juega con ventaja. Los 11 tíos que saltan al campo no son meros futbolistas, son los representantes oficiales del país. Lo llevan a sus espaldas. Hacen todo lo posible por no fallar a sus compatriotas, por regalarles felicidad.

Eu: Oye, y ese país del que vienes ¿cuántos Mundiales ha ganado?
Yo: Más que nadie.
Eu: ¿y España?, perdón -uy como me oigan...-, ¿la Roja?
Yo: Ninguno, no ha estado nunca ni cerca de ganar.
Eu: Ah, ya. Dame un poco de jamón york, no?

domingo, 20 de junio de 2010

La caja de los truenos

Estaba bien cerradita con los candados de las continuas victorias de la selección española. Pero todos esos candados han saltado con el tropiezo en el debut mundialista ante Suiza. Dice Eugenio tropiezo porque espera que se quede sólo en eso y no se convierta en el primer hito de un nuevo sonoro fracaso.

Tropiezo o comienzo del fin, a los españoles nos ha bastado para sacar a paseo trapos sucios hasta ahora guardados. Así, los murmullos sobre cómo afecta la presencia de Sara Carbonero en Sudáfrica a Casillas -antes, San Iker- se han convertido en clamor popular, seguramente infundado. Para seguir, el anterior seleccionador ha empezado a largar desde su olimpo de entrenador campeón de la Eurocopa. Como consecuencia inmediata, todas aquellas voces calladas por ese triunfo han vuelto a la carga, retomando el repertorio de clásicos improperios -más o menos merecidos- contra el "sabio de Hortaleza".

Y la polémica de "La Roja". Ya son multitudinarios grupos de Facebook como "yo animo a España o a la selección española, pero no a La Roja". Cuando se ganaba y éramos favoritos, todos contentos. Ahora nos empezamos a plantear cosas. Hay quien piensa que eso de "La Roja" tiene connotaciones políticas, como nació de Cuatro...Eugenio no sabe si realmente es así -en cuyo caso querrá hacerse inmediatamente de los grupos de Facebook correspondientes- o es un desvarío de alguien muy mal pensado.

Siguen y siguen saliendo truenos de la caja. Así somos. Ay cómo nuestros chavales la pifien, otra vez...

lunes, 14 de junio de 2010

Disculpen el vacío

Después de varios meses escribiendo todos los fines de semana ininterrumpidamente, en este no ha podido ser. Eugenio y yo no hemos encontrado el momento de charlar, así que su blog se queda sin entrada esta semana.

Uno de los motivos se encuentra en un enlace de esta misma página. El segundo está en una boda. De las de verdad. Cómo se nota cuando las cosas son íntegras. Algo habrán hecho bien Pepe y Rocío para que hasta el final de la celebración de su boda estuvieran decenas de amigos entregados al máximo. Disfrutando con ellos y para ellos. Porque no se merecen menos. Eugenio les manda su más sincera enhorabuena.

Hasta la semana que viene.

domingo, 6 de junio de 2010

Miembras in the City

Se lo he dicho a Eu, verás tú la que vas a liar con esta entrada. Por su mirada prepotente y la indiferencia de sus movimientos sé que le da igual. Así que paso a escribir lo que su hocico me dicta.

Esta semana han estrenado Sexo Nueva York 2. A Eugenio le gusta lo mismo que las fiestas republicanas pagadas por el Ayuntamiento en la Alameda. No tienen nada que ver, pero el efecto es el mismo al sacarle el tema, colmillos fuera y bufidos. Algo vio de la serie en Canal +, así como la primera versión para el cine. La segunda no le hace falta verla.

Resulta que esto va de 4 mujeres maduras, supuestamente buenorras, que son muy amigas, graciosas, independientes y de carácter fuerte viven en el lujo de Manhattan. Cada una juega con los hombres a su manera y la protagonista acaba casada con un pez gordo de los negocios que la quiere mucho, pero tienen crisis los pobres. Oye, y a Eugenio no le despierta más que ira. Claro, es que los gatos son muy ariscos. ¿Estaría bien visto el tinglado montado al revés? A ver cómo queda: 4 hombres maduros, supuestamente buenorros, que son muy amigos, graciosos, independientes y de carácter fuerte viven en el lujo de Manhattan. Cada uno juega con las mujeres a su manera y el protagonista acaba casado con una pez gordo de los negocios que lo quiere mucho; pero tienen crisis los pobres. Uy, parece que esto no queda muy bien.

Eugenio no piensa ver más de la saga Sexo en Nueva York (Sex in the City, ouh yeah) porque para él esto va de las historietitas de 4 guarras pasadas, que se creen que están buenas, cachondas sinvergüenzas que hacen las delicias de sus fieles seguidores, miembros y miembras todos y todas ellos y ellas.

Ea, pues que lo disfruten.