domingo, 12 de julio de 2009

Eugenio, primera entrada

Es evidente, por el nombre que aparece ahí a la derecha, que Eugenio no soy yo.

Eugenio es alguien reflexivo, pensativo. Discurre en profundidad sobre asuntos que le rodean o sobre conversaciones a las que escucha con atención. Le encanta escuchar. Sé que escucha porque los gestos de su cara le delatan. Y extrae sus conclusiones.

Estoy seguro de que esas conclusiones son muy particulares, en ocasiones curiosas. Pero, lamentablemente, Eugenio no las comparte con nadie. Así pues, me veía en la necesidad de encontrar algún sitio donde plasmarlas. Porque, aunque no las comparta con nadie, yo sé lo que Eugenio piensa y opina.

En casa tenemos un gato, es de raza Común Europeo, es decir, callejero. Pero es más señorito que el gato de mayor pedigree. Esto no quita que tenga el comportamiento habitual en los gatos: duerme cuánto y cuándo quiere, caza insectos y lagartijas, intenta robar comida, pierde la razón con las sardinas y odia al veterinario.

Y se llama Eu. Eu se convierte en Eugenio cuando despliega su versión más intelectual; la que describía antes.

Por tanto, podría decirse que este es el blog de un gato. Pero como esto es muy ridículo, diremos que es el blog de una persona que habla por un gato. Y esto sigue siendo igualmente ridículo, o aún más.

Qué le vamos a hacer.

3 comentarios:

  1. tu primera entrada promete...!
    x cierto, me encanta tu foto de perfil a lo bose jaja

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  2. Siendo uno de tus primeros seguidores me he dado cuenta que ni siquiera te di la enhorabuena en el primer post.

    Ahora, tras la novedad y comprobada la vidilla que da esto, de mis más de 200 visitas desde que yo empecé el 20% me doy cuenta que vienen de aquí, de reflexiones comunes y de un enlace creativo que ayuda a dar rienda suelta nuestra imaginación, inquietud, o lo que sea.

    Bienvenido el día que empezamos esto, a ver hasta dónde nos lleva.

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  3. Desconocía la existencia de esta bitácora, poco dragoniana pese a su protagonista gatuno...agradable sorpresa, sí. Que las siete vidas de Eugenio sean prósperas y callejeras y que yo las lea todas. Un abrazo Manolísimo.

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