A Eugenio le gusta veranear. Pone muchas pegas para salir de casa, pero una vez en el apartamento de la playa, disfruta de sus merecidas vacaciones.
Sólo va un par de semanas en Agosto, así que le tuve que contar lo que me encontré este fin de semana.
Le conté que jamás había visto tanta gente en la playa en Julio. Incluso me costaba recordar tal aglomeración en fines de semana pico de Agosto. Gente por todos lados, en las cervecerías, en los restaurantes, en los supermercados, en las cafeterías. E interminables atascos.
Mientras se lo contaba, iba sacando las cosas de la maleta. Noté que, de pronto, se quedó fíjamente mirando algo que había puesto encima de la mesa donde estaba sentado. El libro que me estoy leyendo, La Crisis Ninja y Otros Misterios de la Economía Actual. Recordé que le había contado de qué trata. Y giró felinamente su cabeza hacia mí y me dirigió una mirada de extrañeza.
Me expliqué que, claro, no le cuadraba lo que le estaba contando con lo que el libro cuenta. Se puso a meditar y al rato parecía tener una conclusión.
Eugenio no pone en duda el contenido del libro. Es decir, asume que estamos pasando una crisis económica, más grave para unos que para otros, pero crisis en definitiva. Por tanto, se había centrado en tratar de encontrar el porqué de esa masificación en Julio, teniendo como condición de contorno para su razonamiento la asumida crisis.
Y me da dos razones principales, aunque me dice que hay más:
1. La gente no abandona sus costumbres a pesar de la crisis: el que antes iba a la playa con la tortilla, la sandía y el dominó, lo sigue haciendo. El que iba al chiringuito o al bar de enfrente, lo sigue haciendo. El que salía a cenar todas las noches y a tomarse una copita, lo sigue haciendo. El hombre es un animal de costumbres, es difícil sacarle de ellas; y si son placenteras, más difícil aún. Además, todas estas costumbres parece que no afectan al bolsillo; son pequeños desembolsos que cada uno hace casi sin notarlo.
Le digo a Eugenio que esto justifica que no haya menos gente, pero no que haya más, como le había contado. Protesta, casi un bufido, y me da la segunda razón que ha encontrado:
2. Cree que cada vez hay más personas que se cogen las vacaciones en Julio en lugar de en Agosto. A su vez, por dos motivos:
a) Hay menos gente
b) Es más barato
Con estos dos motivos se cierra el círculo por los dos puntos abiertos: la masificación y la crisis económica. Pero se abre otro nuevo.
Acaba diciéndome que volveremos sobre este asunto cuando regresemos de la playa en Agosto. El més de la masificación por excelencia. Dice que ya tiene su opinión, pero como es muy orgulloso prefiere no dármela por si se equivoca.
Se baja de la mesa y se va con el rabo hacia arriba para la cocina. Huele a boquerones fritos.
Todo ser reflexivo tiene quien le contradiga y a la vez le permita reafirmarse en sus pensamientos. Aristóteles-Platón; Descartes-Hume; Michael Jackson-Prince; Cristiano Ronaldo-Iniesta, etc.
ResponderEliminarPero esta vez, sin que sirva de precedente, y a a pesar de que seré correspondida con un bufido tendré que darle la razon a Eu-"genio". Pero con matices. Quizá el modelo Ninja (a pesar de la globalización) venga grande para explicar la masificación del litoral andaluz en estas fechas. Para nuesta sociedad, ante una situación de crisis, se está produciendo un resurgir del modelo de las 3P (Paseo-Pipas-Playa).
Estoy convencida que el excepcional olfato y la aguda vísión de Eugenio le permitirán comprobar en sus semanas de vacaciones una reducción del gasto medio por visitante en bares y restaurantes, neveras portátiles y otras tecnologías de conservación y transporte de alimentos donde la sardina será gran protagonista frente a la gamba blanca de Huelva.