Y es que ahora que sabe lo que es el gótico, no tiene ninguna duda. Me dice que, hombre, cómo va a tener dudas. Conocedor del impresionante barroco sevillano, lo compara con el gótico zapateriano. Juan de Mesa, Velázquez, Ruiz Gijón o Murillo vs las niñas gordas del Presidente del Gobierno.
Era lo que le faltaba a ese señor de aspecto draculino: alimenta la división de "las dos Españas", tirotea a la Iglesia, negocia con asesinos, nos mete las manos en los bolsillos, ríe las gracias de presidentes bolivarianos, le huyen espantados miembros de su equipo más cercano, los líderes históricos de su partido le rechazan...y ahora atenta contra la imagen de su país.
Porque Eugenio no ve en esa foto otra cosa que un atentado a la imagen de su país. Y lo peor es que el Presidente lo sabe. Por eso intentó por todos los medios que no se publicara esa foto. No por la intimidad de sus góticas hijas, sino por el atentado que sabe que había cometido.
Y Eugenio ve aún más. Se ha ido corriendo y se ha escondido en el armario empotrado en el que se mete cuando hay tormenta. Supongo que será el lugar más seguro de la casa. He ido a preguntarle en su escondite qué hace ahí metido. Está protegiéndose de un posible bombardeo estadounidense. Primero el desprecio de draculín al paso de su bandera patria, ahora la foto de la vergüenza; y en medio, los bufones del leonés echando pestes el país de Obama.
Estos nos bombardean. Entiándolo en el sentido más amplio de la palabra. Gracias, payaso.
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