Para mayor información, AVE Madrid-Sevilla. Y un poco más aún, clase turista. Superando el centenar de viajes puede uno hablar con propiedad. Recuerdo nítidamente el comentario de mi primer, y siempre polémico, compañero de trabajo: "illo, el AVE es como el 27, sólo le falta las señoras con el monedero en el sobaco". Con varios años de diferencia, ambos habíamos pasado largas horas en la línea 27 de Tussam que une Sevilla Este con la Encarnación -ahora campo de setas gigantes de crecimiento indefinido-, pasando por Nervión. Lo que en aquel momento me pareció una sevillana exageración, ahora lamento reconocer como una triste realidad.
La de nuestra sociedad. Es esta entrada una continuación natural de Sevillanos Viajeros, publicada en Mayo del año pasado. Me he dedicado de forma involuntaria a usar mi capacidad para memorizar datos, normalmente absurdos, para tomar nota mental de los personajes con los que he coincidido en el AVE. Personajes que reflejan la realidad económica, social y cultural de esta particular ciudad en la que vivimos. Así que, Eugenio, aquí va una muestra: gestores de fincas ganaderas, comerciales de empresas distribuidoras de material eléctrico, aire acondicionado, muebles, refrescos, de imagen y sonido de gran consumo...todos ellos con la rancia estética descrita en Sevillanos Viajeros. Gritando por sus teléfonos móviles para que todo el vagón sepa lo importante que es su trabajo. Es decir maleducados, generalmente sin formación superior, que no alcanzan a entender la confidencialidad intrínseca a cualquier actividad. Más preocupados por aparentar, como buenos sevillanos, que por ser profesionales productivos en mejora continua.
Eu, no me mires con cara, "y qué pasa que ahora todos los sevillanos son unos catetos que se creen los reyes del mundo?" Pues no todos Eugenio, porque los que valen, los que de verdad tiran de esto para delante, los que se desmarcan de la lacra hispalense de ombliguismo con pelusas, van calladitos en sus asientos, hablan por teléfono en las plataformas (espacio entre vagones), respetan, son educados y buscan la excelencia. No necesitan hacerse notar en un común AVE, tan vulgarizado por los otros.
Para terminar, una anécdota de esta economía de fondos de reptiles. Hace un par de semanas a mi izquierda viajaban un señor y una señora de etnia gitana. Ella de unos 60 años, el de unos 20 menos. Ella la madre, él el hijo. Tuve que dejar de leer porque era incapaz de concentrarme. 2 horas y media del hijo explicándole a la madre las cuentas del negocio de venta ambulante. Noséquién le debía 3000 lerus, noséquién otros 6000, que él se encargaría de cobrar. El fin de semana siguiente harían 12000 lerus en el Mercadillo del Charco de la Pava. Yo intentaba entender la trama de empresas en Hong Kong, Antillas Holandesas y Panamá de la compaía Farmaceútica Abelló en el libro de Mario Conde...valiente forma de complicarse la vida con lo fácil que es todo aquí. El teniente alcalde de la pipa no les cobra a los tenderos de los mercadillos los impuestos correspondientes, pobrecillos. Mucho más fácil. Evasión de impuestos promovida por el Ayuntamiento. Andalucía, imparable.
Por cierto Eu, me he quedado corto, tengo mucho más. Ya si eso otro día, te parece?
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