Qué nos gusta hablar del tiempo, especialmente en los ascensores. Con los temporales que tenemos, nos pasamos el día hablando del tiempo, como si viviéramos encerrados en un ascensor.
Le contaba ayer a Eugenio una carta al director que leí en el ABC de Madrid. Un señor, con nombre señorial, dos apellidos bien largos, compuestos, escribía acerca de aquellos famosos pantanos de Franco. Alguna vez habréis oído hablar de las multitudinarias inauguraciones de pantanos en el régimen franquista, grabadas en el No-Do.
Venía a decir la carta de este señor que ahora parece estar muy de moda ridiculizar y reirse de Franco. Es un signo de modernidad, progresismo y democracia. Pero se preguntaba si por culpa de romper con todo lo que oliera a franquista, se habían dejado de hacer pantanos. Como consecuencia, los que tenemos -los de Franco- no han sido capaces de soportar las intesas lluvias y, de ahí, las costosas inundaciones que se están sufriendo en muchos lugares. En definitiva, concluía que el principal motivo de las inundaciones ha sido el no dar continuidad a la construcción de ciertas infraestructuras, emblemáticas en la época de Franco.
Eugenio, afortunadamente, no conoció aquella etapa anterior, ni le hubiera gustado conocerla. No obstante, tiene claro que el verdadero avance no se consigue mirando atrás, tan atrás. En cualquier caso, las cosas hay que ponerlas en una balanza, como dice Dogen...
Querido Eugenio:
ResponderEliminarMe he quedao muerta con la filosofía del chino ese, que entiendo que debe ser Dogen. Pero muerta.
Y volviendo a los pantanos, tras leer este fin de semana una entrevista en ABC a Margarita Bustamante, presidenta de la Federación de Regantes de Andalucía, en la que se quejaba de la infraestructura hidráulica andaluza, don P dixit:
"A esta señora yo le diría dos cositas, una, que yo sé de ocho años en los que tampoco se construyó ningún pantano y no se quejó y dos, que si ella está dispuesta a pagar los 13.000 millones de euros que vale hacer uno".
Un día deberías compartir un plato de leche con él, gran entendido en estos lides y hechecitos un ovillo bajo el sol andaluz, seguro que te contaba su anecdotario de secretos de guerra del agua andaluza.